lunes, 16 de mayo de 2022

BULLYING

 

 CASOS DE BULLYING EN EL ÁMBITO ESCOLAR

    Según la encuesta llevada a cabo por Global School el 16,1% que han sufrido acoso escolar, afirman que han sido empujados, pegados, pateados en lugares pequeños. Mientras que el 11,2% han sufrido por bromas, comentarios o incluso gestos sexuales.

    Sin embargo, desempeña un papel muy relevante el ciberbullying. En Estados Unidos por ejemplo, el 34%  han sido víctimas del ciberbullying y el 70% afirma haber sufrido ciberbullying por rumores que han propagado por las redes falsamente.

    Por otro lado, cabe destacar que el bullying físico suele darse más en los chicos que en las chicas. Mientras que las chicas suelen ser mayoritariamente víctimas de un bullying psicológico.

    A continuación contaré una experiencia que viví durante la etapa de secundaria y parte de bachillerato.

    En mi clase tuvimos a un compañero con un leve grado de autismo, esto no le perjudicaba negativamente a nivel académico, pues era un chico muy listo. Sin embargo, el ruido y las voces le alteraban y se ponía muy nervioso.

            Este chico siempre ha estado en mi instituto y era de mi edad, sin embargo, en esta etapa educativa, no éramos conscientes de lo que es el autismo. Lo considerábamos como una persona rara, sin amigos y en cierta medida, un poco repelente. Ya que todos los profesores le tenían entre paños y esto ocasionaba un descontento en el aula. Por lo tanto, esto causaba un cierto rechazo entre nosotros, pues lo considerábamos como un alumno aventajado y los profesores le facilitaban mucho el aprendizaje y eran menos estrictos con él, de un cierto modo se podría decir que no recibíamos el mismo trato.

            De tal forma, que esto ocasionó un rechazo colectivo, y este chico, en clase no tenía amigos. Podría decirse que hicimos complot contra él y nos quejábamos a los profesores, pues lo percibíamos como una injusticia. Por ejemplo, cuando teníamos que  exponer, a él le permitían hacer la exposición solamente delante del profesor y no delante de toda la clase como a todos se nos exigía. Por aquel entonces, no sentíamos empatía por aquella persona y durante los primeros años de la ESO, lo pasó bastante mal porque nadie quería ser su amigo y además como era autista, lo miraban con desprecio y como una persona rara.

            Con el paso de los años, cuando alcanzamos bachillerato, esta actitud colectiva cambó y nos pusimos todos en su lugar y siempre estábamos para ayudarle en todo lo que necesitase y le hacíamos sentirse seguro y arropado por todos sus compañeros.

Fuente de imagen

Lucía Albañil Gómez

2ºA Educación Primaria 

Curso 2021/2022





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CONCLUSIÓN

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