Debemos partir en que
el aprendizaje de los valores se aprende desde pequeños, es decir, los valores
que recibe el niño parte primeramente de la familia. Pues sus padres y hermanos
influenciarán en la forma de ser, el respeto y educación que tengan ellos con
los demás. No olvidemos que los niños imitan las conductas de sus padres, pues
el ejemplo que tiene a seguir. Po tanto se debe ser consciente de que los
valores se transmiten en todo momento, día a día.
Por otro lado, en el ámbito escolar, el docente será el
guía de sus alumnos, es decir este deberá inculcar una serie de normas y
matices que fomenten la reflexión, participación a la hora de tomar decisiones,
ser capaces de afrontar dificultades y ser resolutivos. Por ello es importante
hacer hincapié en desarrollar autonomía, su racionalidad, capacidad de diálogo
e imponer normas y principios que intervengan en su conducta y conocimiento.
En primer lugar,
el alumnado está incorporado en procesos de enseñanza-aprendizaje donde
predomina el razonamiento moral, donde se construya una vida ética personal.
En segundo lugar,
los valores cívicos han surgido en relación a cómo el individuo vive en la
sociedad y la conexión que entabla con ella.
Por tanto impartir esta asignatura es muy importante,
pues la educación no solo se recibe en el aula, sino el niño/a lo reciben más
bien de sus padres y en el aula se refuerza. Pero bajo mi punto de vista de
nada sirve una asignatura así si en su casa le enseñan hacer todo lo contrario.
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